Los senadores odiadores de Néstor Humberto Martínez, organizaron un debate de 9 horas para llevar a la gente a concluir que la autoridad es la mala, y que si no hubiera ocurrido jamás este supuesto entrampamiento, óiganme ustedes, no habría disidencias de las Farc.
El debate parlamentario organizado por los senadores Roy Barreras, Iván Cepeda y Gustavo Petro para el jueves pasado, durante cerca de 9 horas, condujo a una pregunta desconcertante: ¿qué querían sacar de él? ¿Visibilidad para arrancar la campaña presidencial? ¿Seguirle cobrando al exfiscal Martínez que tapó varios goles, por lo cual el acuerdo con las Farc no salió peor? O algo realmente inverosímil: ¿defender al pobre cieguito de ‘Jesús Santrich’ de haberse involucrado en un negocio de narcotráfico, sin que se diera cuenta de lo que hacía, tentado por un anzuelo que le habrían lanzado, para terminar finalmente engrosando las disidencias de las Farc, que tienen azotada la vida de la población civil colombiana?
De todo un poco. Los instrumentos que utilizaron los senadores citantes así lo demuestran. Primero, se trataba de acusar a Martínez de haberle ocultado al gobierno Santos el operativo. Martínez se lo contó al Presidente desde el momento en que comenzó a desarrollarse en vivo (era de la DEA y había la obligación de la reserva); pero eso no significa que no tuviera el Fiscal, al presidente Santos, informado de todas las andanzas que venían descubriendo de las Farc con el narcotráfico, incluso después de haber firmado el acuerdo de paz. De ello constan sendos documentos.
El segundo señalamiento de los citantes es que fue un entrampamiento, en el que hicieron caer miserablemente al pobrecito de ‘Santrich’. Que como no ve nada, pensaba que estaba en compra y venta de televisores y no de coca. Que Marín fue el agente provocador, junto con Armando Gómez. Para ser este último, según los citantes, agente de la DEA, es muy raro que hoy esté preso en EE. UU., después de haber pataleado tanto para que no lo extraditaran. En cuanto a Marín, Martínez exhibió una grabación en la cual el sobrino del jefe negociador de las Farc fue a pedirle la coca a ‘Santrich’: sabía que le trabajaba a ese renglón. ‘Santrich’ nunca le dijo que no. Y, efectivamente, le consiguió la coca. Que, según los citantes, no provenía de las Farc. Primero dijeron que la puso la Fiscalía (que, incluso hoy, lo niega). Luego, que la DEA, que también lo niega. No suena ciertamente correcto que la coca que acepta venderles ‘Santrich’ a los mexicanos no venga de las Farc sino de EE. UU., porque lo que el operativo trataba de demostrar era que las Farc seguían en el negocio, porque tenían coca para mercadear, y porque no les faltaba disposición para hacerlo. Si la coca, como señalan los citantes, no era de las Farc, sí me parece que el operativo queda cojeando.
Además, no existe una sola resolución de la Fiscalía que acepte a Marlon Marín como agente encubierto para embutirle esa coca a ‘Santrich’.
Es cierto que el entrampamiento como tal, que consiste en provocar a una persona para cometer un delito, está prohibido en Colombia. ¿Pero configura este caso realmente un entrampamiento? Al detectar que Marlon Marín planeaba robarse la plata para la salud de los reinsertados, y luego la de los proyectos productivos, fue interceptado un día hablando de televisores con ‘Santrich’. ¿Era lógico que las autoridades se movieran para confirmar si lo que negociaban más bien era coca?
¿Qué tan inducido estuvo ‘Santrich’ para cuadrar ese negocio? Si lo buscaron y cayó tan fácil, es de suponer que mantenía contactos con las Farc que se quedaron narcotraficando. Y, además, demuestra que el acuerdo de paz que negoció y firmó con el Gobierno colombiano nunca fue lo suficientemente comprometedor para despertar en ‘Santrich’ un conato de moralidad.
Roy dijo en el debate que lo de ‘Santrich’ era como si a un diabético le pusieran por delante un delicioso postre. Mal ejemplo. ¿Es tanta la dependencia de ‘Santrich’ del narcotráfico que, ante la sola mención de la palabra ‘coca’, cae en este coma diabético?
Los senadores odiadores de Néstor Humberto Martínez, organizaron un debate de 9 horas para llevar a la gente a concluir que la autoridad es la mala, y que si no hubiera ocurrido jamás este supuesto entrampamiento, óiganme ustedes, no habría disidencias de las Farc.
Las disidencias existen porque existe el narcotráfico. No porque Néstor Humberto Martínez, supuesto enemigo de la paz, se las inventó para desacreditar el proceso. Allá están y, por ahora, allá se quedan.
Entre tanto... Resumen de Petro: todo esto no fueron sino unas conversaciones de la DEA con la DEA. Y el pobre cieguito, ahí...
El debate parlamentario organizado por los senadores Roy Barreras, Iván Cepeda y Gustavo Petro para el jueves pasado, durante cerca de 9 horas, condujo a una pregunta desconcertante: ¿qué querían sacar de él? ¿Visibilidad para arrancar la campaña presidencial? ¿Seguirle cobrando al exfiscal Martínez que tapó varios goles, por lo cual el acuerdo con las Farc no salió peor? O algo realmente inverosímil: ¿defender al pobre cieguito de ‘Jesús Santrich’ de haberse involucrado en un negocio de narcotráfico, sin que se diera cuenta de lo que hacía, tentado por un anzuelo que le habrían lanzado, para terminar finalmente engrosando las disidencias de las Farc, que tienen azotada la vida de la población civil colombiana?
De todo un poco. Los instrumentos que utilizaron los senadores citantes así lo demuestran. Primero, se trataba de acusar a Martínez de haberle ocultado al gobierno Santos el operativo. Martínez se lo contó al Presidente desde el momento en que comenzó a desarrollarse en vivo (era de la DEA y había la obligación de la reserva); pero eso no significa que no tuviera el Fiscal, al presidente Santos, informado de todas las andanzas que venían descubriendo de las Farc con el narcotráfico, incluso después de haber firmado el acuerdo de paz. De ello constan sendos documentos.
El segundo señalamiento de los citantes es que fue un entrampamiento, en el que hicieron caer miserablemente al pobrecito de ‘Santrich’. Que como no ve nada, pensaba que estaba en compra y venta de televisores y no de coca. Que Marín fue el agente provocador, junto con Armando Gómez. Para ser este último, según los citantes, agente de la DEA, es muy raro que hoy esté preso en EE. UU., después de haber pataleado tanto para que no lo extraditaran. En cuanto a Marín, Martínez exhibió una grabación en la cual el sobrino del jefe negociador de las Farc fue a pedirle la coca a ‘Santrich’: sabía que le trabajaba a ese renglón. ‘Santrich’ nunca le dijo que no. Y, efectivamente, le consiguió la coca. Que, según los citantes, no provenía de las Farc. Primero dijeron que la puso la Fiscalía (que, incluso hoy, lo niega). Luego, que la DEA, que también lo niega. No suena ciertamente correcto que la coca que acepta venderles ‘Santrich’ a los mexicanos no venga de las Farc sino de EE. UU., porque lo que el operativo trataba de demostrar era que las Farc seguían en el negocio, porque tenían coca para mercadear, y porque no les faltaba disposición para hacerlo. Si la coca, como señalan los citantes, no era de las Farc, sí me parece que el operativo queda cojeando.
Además, no existe una sola resolución de la Fiscalía que acepte a Marlon Marín como agente encubierto para embutirle esa coca a ‘Santrich’.
Es cierto que el entrampamiento como tal, que consiste en provocar a una persona para cometer un delito, está prohibido en Colombia. ¿Pero configura este caso realmente un entrampamiento? Al detectar que Marlon Marín planeaba robarse la plata para la salud de los reinsertados, y luego la de los proyectos productivos, fue interceptado un día hablando de televisores con ‘Santrich’. ¿Era lógico que las autoridades se movieran para confirmar si lo que negociaban más bien era coca?
¿Qué tan inducido estuvo ‘Santrich’ para cuadrar ese negocio? Si lo buscaron y cayó tan fácil, es de suponer que mantenía contactos con las Farc que se quedaron narcotraficando. Y, además, demuestra que el acuerdo de paz que negoció y firmó con el Gobierno colombiano nunca fue lo suficientemente comprometedor para despertar en ‘Santrich’ un conato de moralidad.
Roy dijo en el debate que lo de ‘Santrich’ era como si a un diabético le pusieran por delante un delicioso postre. Mal ejemplo. ¿Es tanta la dependencia de ‘Santrich’ del narcotráfico que, ante la sola mención de la palabra ‘coca’, cae en este coma diabético?
Los senadores odiadores de Néstor Humberto Martínez, organizaron un debate de 9 horas para llevar a la gente a concluir que la autoridad es la mala, y que si no hubiera ocurrido jamás este supuesto entrampamiento, óiganme ustedes, no habría disidencias de las Farc.
Las disidencias existen porque existe el narcotráfico. No porque Néstor Humberto Martínez, supuesto enemigo de la paz, se las inventó para desacreditar el proceso. Allá están y, por ahora, allá se quedan.
Entre tanto... Resumen de Petro: todo esto no fueron sino unas conversaciones de la DEA con la DEA. Y el pobre cieguito, ahí...